germinados y brotes verdes

¿Qué son los germinados?

Los germinados son semillas que han iniciado su proceso de desarrollo. Es la primera etapa de vida de una planta, que en nuestro caso, aprovechamos para disfrutar de sus beneficios para nuestra salud.

Hoy más que nunca, la importancia de acercarnos más a los alimentos de temporada, frescos y de cercanía nos acerca más a una conexión con la sostenibilidad y bienestar colectivo. Cultivar tus propios alimentos, es sin duda la manera más efectiva de conectar con la naturaleza y su esencia, la vida.

Como no todos podemos permitirnos tener un espacio suficiente para tener un huerto y plantar tomates, coles, espinacas o pepinos, seguramente sí tengamos espacio en nuestra cocina para un cultivo con alto valor nutritivo y energético, los germinados.

La germinación, es uno de los procesos naturales que las semillas llevan grabado en sus genes desde hace millones de años y del que aún podemos ser testigos.

No hay que olvidar que el objetivo último de estos granos, desde el inicio de la vida ha sido siempre el mismo, la reproducción vegetal, y somos nosotros quienes a través de la historia hemos descubierto cómo sacar el máximo partido a tan maravillosa forma de vida.

Pero ¿por qué son tan importantes?

Estos pequeños vegetales son la primera fase de crecimiento de una semilla, es una plántula viva de unos 2 a 10 cm con una vida media de unos 7 a 10 días aproximadamente. Su única fuente de alimento, sus reservas nutritivas, el agua y la luz solar.

Las semillas germinadas son el remedio más barato y efectivo para combatir multitud de dolencias, que en combinación con una alimentación equilibrada en la que los vegetales frescos y de temporada abundan en nuestros platos, nos aseguran una ingesta máxina de nutrientes.

Los estudios científicos de los germinados sobre sus enzimas, vitaminas, minerales, oligoelementos, aminoácidos y clorofila, confirman interesantes propiedades antioxidantes, desintoxicantes, favorecedoras de la regulación intestinal, y tonificantes del sistema nervioso.

Los germinados de alfalfa por ejemplo, son fuente de fitoestrógenos y compuestos fenólicos que contribuyen de manera significativa protegernos de los radicales libres. Además de ser fuente importante de vitaminas K y C.

Desde un punto vista menos técnico o científico, los germinados representan, para los “Vitalistas” y seguidores del Living Foods Style de Ann Wigmore, una fuente de información vital para nuestro cuerpo, representan la base de la alimentación y nos conecta con la energía de la naturaleza.

¿Qué debemos saber para empezar a germinar?

Para que la germinación tenga lugar, es necesario que se den una serie de condiciones ambientales mínimas, como el agua, la luz solar y el oxígeno para el desarrollo de los distintos procesos de la plántula.

Podemos pensar que cultivar germinados es posible siempre que cualquier elemento utilizado para tal fin, permita mantener las variables de temperatura y humedad constantes.

Quién no recuerda aquel experimento del cole con las judías en un vaso de cristal y algodón, sin duda el método más sencillo para enseñar el milagro de la vida vegetal.

Lo más importante a la hora de germinar es recordar que las semillas son seres vivos y que no existen reglas estrictas para su cultivo, sino que la única regla estricta es la observación y el cuidado que damos a la semilla.

Antes de poder elegir qué método es el mejor para nuestro cultivo, es importante hacer una organización preliminar que conteste a cuestiones como: Cantidad de germinados que deseamos consumir. El tiempo y disposición del que se dispone para atender el cultivo. Espacio físico disponible según el método a utilizar. Continuidad en el cultivo, saber si serán cultivos continuos o esporádicos. Factores ambientes (invierno-verano), temperatura, humedad.

Con una visión previa de lo que queremos conseguir, resultará mucho más sencillo elegir el método apropiado para el cultivo.

¿Qué métodos existen para germinar?

Los métodos de germinación o germinadores que podemos encontrar hoy en día se resumen principalmente en: Coladores domésticos, de plástico alimentario (con o sin BPA), aluminio o acero inox, entre otros. Tarros o botes de cristal, casero o especial para la germinación de semillas. Bandejas germinadoras (apilables o no), con rejillas y bases para almacenar agua y de distintos tamaños y materiales. Bolsas o sacos germinadores, de cáñamo, lino o nylon. Platos de barro, con o sin agujeros de drenaje. Eléctricos automáticos.

En realidad los métodos de germinación, son adaptaciones a las necesidades particulares de las semillas. Si conocemos bien lo que ellas necesitan, es posible germinar en casi cualquier elemento.

¿Cómo se germinan entonces las semillas?

Una vez hemos decidido adentrarnos en el mundo de los germinados, lo primero que debemos hacer es empezar por lo más sencillo, es decir, iniciarnos con variedades de semillas como la alfalfa, las lentejas, los garbanzos, el fenogreco, los rábanos o el brócoli.

Las semillas como la rúcula, chía, berros o mostaza, al ser mucilaginosas, requieren un poco más de cuidado y técnica. Lo ideal para ellas, si estás empezando, es hacerlo en pequeñas macetas con tierra.

En cualquiera de los casos anteriores, los pasos básicos para germinar son: Seleccionar el germinador de tu preferencia, teniendo en cuenta la dimensión de la semilla.

Elegir la variedad de semilla a utilizar, que sean específicas de germinación, y preferentemente de origen ecológico.

Remojar las semillas (menos las mucilaginosas) según las recomendaciones del fabricante. Lo normal son unas 6 a 8 hr. La noche es un buen momento.

Después del remojo enjuagar con agua fresca antes de germinar y colocarlas en el germinador.

Cubrir y dejar escurrir el exceso de agua que pueda encharcar las semillas, dejando espacio para crear un micro clima con humedad. Dependiendo del tipo de germinador, enjuagar las semillas 1 a 2 veces al día asegurando que no quede agua acumulada con las semillas durante horas, evitando por el contrario que se queden completamente secas.

Repetir el paso anterior, normalmente unos 5 a 9 días, según la variedad.

Almacenar los germinados con un mínimo de humedad en un recipiente y consumirlos en el menor tiempo posible. Algunas variedades requieren más días o cuidados más minuciosos, pero en general, estas reglas pueden servir para iniciarse en un cultivo de germinados.

¿Qué beneficios aporta el consumo de germinados?

La medicina tradicional basa muchos de los activos de los medicamentos en extractos derivados de las plantas. Algunas plantas o semillas tiene propiedades medicinales que en forma de germinado se mantienen o potencian.

El principal beneficio que tiene el consumo de estos alimentos, radica principalmente en la salud digestiva y el potencial antioxidante de sus fitoquímicos (ej. el glucosinalatos).

Los germinados son fuente de enzimas que nos ayudan a digerir de manera eficiente los alimentos que consumimos. Uno de los germinados más estudiados por la comunidad científica es el brócoli, sus propiedades anticancerígenas (contenido en sulforafano) despiertan gran interés en investigaciones relacionadas con esta enfermedad.

Los germinados de broccoli y col tienen el mayor potencial de prevención del cáncer de colon y estómago. Diversos estudios científicos han demostrado que aquellas personas consumidoras de crucíferas de hoja verde, tienen las menores tasas de cáncer de colon.

Las crucíferas contienen glucosinalatos que bloquean el desarrollo del cáncer. Además se ha demostrado que el contenido de estos compuestos (proporcionalmente) en sus germinados es muchísimo más alto que en la planta adulta.

¿Qué debemos hacer entonces?

Las propiedades de los germinados de las brasicas son innumerables y debería formar parte de nuestra alimentación diaria. Consumir germinados de manera regular, nos asegura una ingesta eficaz de alimentos ricos en aminoácidos, enzimas, vitaminas y minerales, cuyas proporciones crean sinergias con un potencial nutritivo perfecto y completamente asimilable para nuestro organismo.

Consumir una sola variedad de germinados, no nos asegura una ingesta absoluta de todos los macro y micronutrientes, ya que cada uno destaca por algún nutriente en concreto, no obstante un consumo variado de estos alimentos, combinados con frutas y verduras de temporadas y ecológicas, nos aseguran unos cimientos sólidos para construir el bienestar que nuestro cuerpo necesita.

Germinar hoy, representa el camino a la conexión con nuestra esencia.

Cultivar germinados en casa puede resultar una experiencia gratificante tanto para adultos como para los más pequeños, nos enseña a esperar a que sucedan las cosas, a ser pacientes, nos transmiten vida con sus colores y regalan energía a nuestro cuerpo.

Cultivar germinados es la manera más rápida, económica, fácil y sencilla de obtener alimentos saludables, ¿habías imaginado alguna vez cosechar verduras en una semana dentro de tu cocina?

 

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